Poco a poco, con mi trabajo con las mujeres, me doy cuenta que somos todos bastante parecidos, independientemente de raza, cultura, clase social, sentimos igual y vivimos procesos muy parecidos, algunos con más, otros con menos herramientas, pero al final es como si todos tuvieramos que pasar por la misma lección. Algunos repiten curso, a otros nos quedan pa setiembre, pero es igual al final todos aprendemos, y en función de como adquirimos ese aprendizaje, lo dejamos en la Eso, y retomamos en las escuelas de adultos o nos lanzamos a la universidad y despues al doctorado...pero en realidad todas/os igual de desnudos delante del dolor, los apegos y el amor.
Podemos teorizar mucho, leer Eckart Tolle, Herman Hesse, Brian Weiss, Jung, Alex Rovira...pero al final somos humanos, y nuestras conexiones neuronales estan condicionadas por nuestras vivencias, nuestras experiencias, y sobretodo nuestro estado emocional. Asi que si, todo eso nos ayudará, pero hay que admitir que no nos hara inmunes al dolor, a las ideas obsesivas, limitantes, y un largo etç eso si, si nos damos cuenta y avanzamos, ganamos mucho, a parte de estar bien, pasamos a otro nivel. Aunque solo es nuevo curso, seguimos siendo alumnos del mismo cole.
Nuestros miedos no detienen a la muerte, sino al amor y a la vida. El miedo con todo su poder, no puede vencer ni detener a la muerte, pero sí puede detener al flujo de la vida que nos conduce a la paz interior” Jaramillo, Jaime (2007): Te amo… pero soy feliz sin ti. Bogotá: Ediciones Versalles, p.103
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